Mi experiencia en tiendas de novias, como el de muchas otras, fue muy negativa. Te imponían sus ideas, el trato era malísimo, había poca disponibilidad de tallas, eso es lo que me decidió a ir a ver a Leyre. Desde el momento en que entré me di cuenta de que con ella la experiencia sería diferente. Antes de nada le conté mis ideas, le enseñé lo que me gustaba, para que entre las dos diseñáramos algo único. Ella acepta el encargo sólo si piensa que se ilusionará con él. Me probé varios vestidos y me enamoré de una falda, que fue la que elegí para mi vestido. Después de eso no todo fue tan sencillo, cambié de idea varias veces sobre varias cosas, pero en vez de intentar que cambiara de idea, Leyre aceptó mis ideas, aconsejándome con su experiencia, pero respetando mis gustos. Siempre puso como prioridad que fuera yo misma y mi vestido me hiciera sentir cómoda. Fue flexible, incluso con mis nervios de última hora y detallista hasta el extremo. Destacaría sobre todo de mi experiencia, la empatía y la cercanía en el trato, de ella y de su equipo, y su gran talento. Los vestidos de novia que sigue creando, de los cuales se pueden ver varios en su tienda, son geniales. La recomiendo, sobre todo, para novias que buscan algo especial o que, como yo, después de visitar varias tiendas, descubrieron lo que querían, pero no lo encontraban.