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De vueltas con el tallaje

En mi constante preocupación por las satisfacción de la clientela, llevo mucho tiempo dándole vueltas al tallaje, He comprobado que algunas clientas alucinaban mucho con la talla que necesitaban en la tienda y oíamos cosas como “yo nunca he usado una L”. Por ello me puse a investigar y he hecho un exhaustivo estudio de TALLAJE, comparando los de Mango, Zara, H&M, Violeta, Asos, y Punto Roma.


Así, he descubierto, por ejemplo, que la S de Punto Roma es la L de Zara, que además en Punto Roma dan más cm para el controno de cintura que en Zara, que en H&M dan más cm a cintura y menos en trasero (las suecas tiene los cuartos traseros más estrechos), así como en Asos dan menos a la cadera (las americanas con más triángulo invertido).


“Tengo curvas y me gusta”


Por estas diferencias entre marcas la gente suele decir que las tallas de las tiendas son una locura y que están todas mal. Así que primero aclaremos este tema: las tallas no están mal, es que simplemente cada persona es un mundo y es IMPOSIBLE hacer tallas que hagan felices a todos, porque un tallaje estandar implica estandarizar algo que no es matemático; no nos hacen con molde.


“¿Se me ve gorda con este traje?”


Cada tienda realiza un tallaje estudiando a la clientela a la que se quiere dirigir y va por X centímetros de pecho, cintura y cadera que tiene cada talla. Se establece una talla base y los cms que va a llevarse de diferencia cada talla (suelen ser 4 o 6). Cada marca establece estos parámetros como quiere y es muy complejo que todas las tiendas lo hagan igual porque no se dirigen a la misma clientela (la morfología por países y edades cambia bastante). Así por ejejmplo Punto Roma se dirige a una mujer española a partir de los 40 años y quiere que esa clienta se sienta feliz comprando una S que en otra tienda sería una L. Yo ese tallaje no lo puedo aplicar porque entonces no daría cabida a las mujeres que tienen medidas inferiores a esa supuesta S de Punto Roma, pero tampoco quiero “ofender” a las que están acostumbradas a ese tallaje.


Lo que ocurre cuando a una clienta acostumbrada al tallaje de otra marca le dices que

tiene que usar una talla más grande en tu tienda…


Así, pensando en mi clientela y en el modo de satisfacer todos los tipos de fisonomías que entran en la tienda, he desarrollado mi propio escalado y tallaje, que queda así:

XS S M N L 2L

Introducimos una nueva letra, la N de “normal” y con la L y 2L eliminamos las tan “mal sonantes” para las clientas XL y XXL.


Por el momento el feedback es postivo y ya estamos empezando a hacer las primeras prendas siguiendo este tallaje. Y, por favor, no convirtamos esto es una pelea de tallas, ya sabéis que mi alegato es siempre que todas las tallas pueden ser hermosas


Recordemos que la talla, esa diminuta letra en el cuello del vestido, no te está insultando, que tus medidas no varían haya escrita un S, una XL o ponga talla Omega. Tu cuerpo no varía, sigues siendo la misma. Aprende a quererte como eres, para que esa letrita no pueda ofenderte, porque sólo es una letrita, un mero pictograma usado para clasificar y agilizar un sistema de producción, lo que te ofende, es el significado que le das a esa letrita, el poder que le otorgas.

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