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Niños, Moda y polémica


La semana pasada, unos amigos me etiquetaron en un vídeo en Facebook en el que unos niños de unos 8 años analizaban algunas campañas de moda.


Personalmente encuentro el vídeo divertidísimo, y si bien es cierto que no todas las marcas de moda hacen ese tipo de fotos y promulgan esa imagen de la mujer, no he podido pensar en alguna campaña masculina que se equipare. Es cierto que ellos siempre parecen jefes, boxeadores, súper héroes o James Bond. ¿Por qué?



Creo que lejos de ponernos modo masa enfurecida y salir con picas a linchar y quemar a todos los diseñadores y modelos, debemos analizar el fenómeno con cabeza. Yolanda Domínguez, la artista encargada de este vídeo, pretende hacer una llamada a la reflexión, algo que generalmente escasea en el mundo, y más en el anonimato del incendiario internet.


Yo por mi parte, trato siempre de transmitir imagen de fuerza en mis fotos, ya que todas las mujeres que inspiran mi trabajo son mujeres fuertes; de feministas literarias, a heroínas de acción, pasando por las femmes fatales. Luego cada uno tendrá su juicio al respecto, pero no quiero hacer más incapié en mí, aunque sí que me encantaría hacer un vídeo como el Yolanda y ponerle imágenes de mis campañas a niños, a ver qué opinan.


El motivo fundamental tras estas campañas (y tras cualquiera) es el de llamar la atención; y ya sabéis que es mejor que hablen mal de tí a que no hablen. En el mundo de la moda existe mucha competencia y tienes que llamar la atención si quieres que se fijen en tí. Que este modo de hacerlo sea o no el correcto, eso forma parte del criterio propio de cada uno.


La anécdota es que yo no lo sabía, pero, casualidades de la vida, a los días de ver su vídeo conocí a Yolanda en la boda de unos amigos comunes que tenemos su pareja y yo, y estuvimos toda la cena hablando de estos y otros temas que nos preocupan del mundo de la moda. Yolanda y su pareja hablaban sobre si las marcas habrían visto el vídeo y qué pensarían. Les dije que con mi experiencia trabajando en marcas de lujo tenía la certeza de que lo habían visto, que seguramente les había hecho gracia, y que no les afectaba negativamente. Esto a Yolanda le sorprendió un poco, por lo que le mencioné el vídeo aquel de cierta marca autóctona de lujo con jóvenes modernos de Madrid, y que en la marca estaban encantados con la polémica.


Recordemos también el escándalo del primer desfile de David Delfín en EGO, aquel con burkas y capuchas, modelos desnudas, y sogas al cuello. Los telediarios y las tertulias televisivas se llenaron de indignación. ¿Quién se acuerda ya de eso? Nadie. Sin embargo su nombre lo conoce todo el mundo y hoy es un diseñador valoradísimo. La polémica puede hundirte, pero tambien encumbrarte.


Ahora volviendo al vídeo ¿es lícito dar esa imagen de la mujer sólo para llamar la atención? Quizá deberíamos indagar si el responsable de esa idea, ya sea el fotógrafo o el director creativo, es hombre o mujer. A lo mejor a una mujer no se le ocurre desparramar a una modelo por el asfalto ni en un water porque su madre le decía “¡no te tires al suelo que te manchas el vestido!” Es broma.


Es complicado, porque aquí nos metemos en el terremo del arte (muchas veces son colaboraciones con artistas) y la expresividad e identidad de una marca, pero nos asaltan dudas ¿se plantean cómo percibe el público esas campañas? ¿o quizá se las plantean como algo más artístico que saben que su público va a entender? ¿qué quieren transmitir?


Por otro (cómico) lado podríamos decir que es una visión muy masculina del asunto. Paraos a pensarlo; los hombres son más propensos a hundirse en el sofá como si fuesen enfermos terminales, lleven puesto lo que lleven puesto, alcanzan poses imposibles en sillas al borde del descoyunte cervical, y se sientan en el metro con la pierna cruzada haciendo escuadra, pisen a quien pisen, y con el culo al borde del asiento.



Y no hablemos del despatarre; como te sientes entre dos hombres tienes que ir con las rodillas a presión porque abren las piernas sin importarles a quién espachurren al lado. No quiero hacer aquí una guerra de sexos, pero sí me tenéis que reconocer que son más propensos a ese tipo de poses; a desmadejarse sobre los asientos.


Que más que probablemente esto es una chorrada que no tiene nada que ver, pero es una idea que se me ha pasado por la cabeza y me ha hecho gracia relacionarla. ¿A vosotros qué os parece?

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